jueves, 25 de junio de 2015

Identificándome con el perdón

Parecerá cliché o palabrería de autosuperación, pero realmente he comenzado a comprender el significado de perdonar y la necesidad de hacerlo por mi propia salud mental que por mi victimario, lo que he visto difícil de este proceso es que la personas consideran que estoy loca, que no debería perdonar atrocidad, que un abuso no se perdona y que el culpable debe sentir dolor. Yo renuncie a esa idea!

De que me sirve que otro ser humano sufra, eso no alivia mi sufrimiento, tal vez sí necesito justicia, pero ¿Justicia estatal? ¿Justicia divina? ¿La ley del Talión?, la verdad no se, cuando me enfrente a mi abusador creí que había avanzado en este proceso, pero creo que me llene más de ira que de esperanza o alivio.

Solo ahora que decidí que ya no lo odiaría, porque ya llevaba más de 23 años odiándolo me he sentido libre, ya su daño no me gobierna, detuve los efectos del abuso, no podía permitir que estuvieran allí en mi corazón toda la vida, lo paradójico del asunto es que a las personas que están a mi alrededor y que conocen mi historia, les cuesta creer que ya no tengo ese dolor agudo e intenso que me gobernaba, y me tratan como si fuera una fase y que estoy peor que antes, ¿Acaso es muy descabellado perdonar?

He llegado al punto en que creo que esperan que tenga una recaída emocional, y el dolor me gobierne y que necesite alguien que me levante, y creo que eso ha sido contraproducente por dos razones, la primera porque he llegado a dudar de mi decisión y me pregunto ¿Estoy haciendo bien? ¿Será que estoy mal y me lo estoy negando? ¿Será que debo seguir en la misma tónica de sentir rabia?, esta razón es rápidamente desechada por mi mente pues considero que gane mucho y me libere perdonando ya no tengo ese hombre atado a mis sentimientos, lo deje ir, la segunda razón porque maquiavelicamente he llegado a asumir que esa angustia de los demás pude jugar a mi favor, es decir, puedo pararme en las pestañas (hacer lo que se me de la gana) y nadie me censura, pues todo lo asumen como una consecuencia del abuso, creo que esta última razón es perversa, pero también me permite cierta libertad, se siente uno más libre si no lo están juzgando todo el tiempo, si nadie te dice como debes vivir tú vida,  creo que es una especie de chantaje emocional, lo cual me hace sentir mal, pero por más que intento decirles que estoy bien y que mis actos son razonados, no me creen, así que creo que seguiré haciendo lo que se me antoje y que cada cual juzgue como quiera, aunque tengo claro que no me juzgaran, (por aquello del sentimiento de culpa)

¿Es un poco perverso aprovecharse de ello, no?, pero así yo trate de evitarlo siento que igual hay cosas que quiero hacer y que cada cual lo juzgue como quiera, por ejemplo me tatué la palabra perdón en la muñeca, en condiciones normales todo el mundo me hubiera censurado, pero por mi historia nadie se atreve a decir nada, solamente guardan un sepulcral silencio que creo que les reafirma su idea de que soy "una pobresita" para ellos...

En fín, por ahora a seguir viviendo mi vida.

1 comentario:

  1. Sin duda lo importante, lo único importante es que tu te sientas bien con tu decisión.

    Yo lo llamo el Punto de Equilibrio. Y creo firmemente que cada uno de los supervivientes tenemos en nuestro propio. Yo no perdono. Pero tampoco odio ni siento rencor de ningún tipo. También renuncié a que mis agresores sientan dolor. Ahora mismo su daño tampoco me gobierna y está fuera de mi campo de acción. Es mi Punto de Equilibrio.

    Sé que otros supervivientes si han perdonado a su agresor, y algunos prefieren mantener viva esa posibilidad de hacer justicia haciendo lo posible porque a su agresor le caiga todo el peso de la ley. Y me parece perfecto, si es lo que a ellos les hace sentir bien, a gusto consigo mismos. Eso es lo único importante, nuestra paz mental en el punto que consideremos adecuado.

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